El concepto de reencarnación, que sugiere que el alma o la esencia de una persona puede renacer en un nuevo cuerpo, es una creencia espiritual y religiosa sostenida por algunas creencias y culturas. Sin embargo, no existe evidencia científica ni datos empíricos que respalden la idea de que un individuo fallecido pueda volver a la vida de cualquier forma.
Desde un punto de vista biológico, la muerte marca el fin de la capacidad del cuerpo para mantener la homeostasis, realizar procesos metabólicos esenciales y responder a estímulos. Una vez que estos procesos cesan, el cuerpo comienza a descomponerse y sus componentes se reciclan nuevamente al medio ambiente.
Además, el concepto de "convertirse en otra cosa" después de la muerte no está respaldado por nuestra comprensión de la naturaleza física de la vida y los principios de la genética. La composición biológica de un individuo, incluido su material genético y sus características físicas, se determina en el momento de la concepción y permanece constante a lo largo de su vida.