Se cree que la pluma representa la presencia del difunto o de su ángel guardián, velando y protegiendo a los vivos. La pluma es un símbolo de amor y apoyo del más allá, especialmente en momentos de dolor y pérdida.
Encontrar una pluma blanca puede brindar una sensación de paz, consuelo y seguridad de que el ser querido fallecido todavía está conectado y presente en espíritu. Es un recordatorio de su presencia duradera y la continuación de su amor y protección.