Algunas de las pruebas que sugieren que el espíritu va al cielo es que muchas personas han tenido experiencias cercanas a la muerte, en las que han informado haber visto una luz brillante, haber sentido una sensación de paz y amor y haber conocido a sus seres queridos fallecidos. Otros creen que el espíritu va al infierno si la persona ha vivido una vida malvada o pecaminosa. Aún así, otros creen que el espíritu se reencarna en un nuevo cuerpo para aprender de sus errores pasados y crecer espiritualmente.
En última instancia, no hay forma de saber con certeza qué sucede después de la muerte. Es una pregunta que cada individuo debe responder por sí mismo.