Estilo de vida: Ciertas elecciones de estilo de vida pueden afectar significativamente la esperanza de vida. Estos incluyen:
- Dieta: Se ha demostrado que una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y cereales integrales promueve la longevidad.
- Ejercicio: La actividad física regular reduce el riesgo de obesidad, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y algunos tipos de cáncer, todo lo cual puede acortar la esperanza de vida.
- Dormir: Dormir lo suficiente y de buena calidad es esencial para la salud general y la longevidad.
- Gestión del estrés: El estrés crónico puede dañar el organismo y aumentar el riesgo de desarrollar diversos problemas de salud. Encontrar formas saludables de controlar el estrés, como el ejercicio, el yoga y la meditación, puede ayudar a prolongar la esperanza de vida.
- Fumar: Fumar es una de las principales causas de muerte evitable y puede acortar la esperanza de vida hasta en 10 años.
- Consumo de alcohol: El consumo excesivo de alcohol puede provocar daños hepáticos, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer, todo lo cual puede contribuir a una esperanza de vida más corta.
Factores ambientales: El entorno en el que vives también puede afectar tu esperanza de vida. Por ejemplo, la exposición a la contaminación del aire, el humo de segunda mano y los altos niveles de estrés pueden acortar su esperanza de vida.
Estatus socioeconómico: Un nivel socioeconómico más bajo a menudo se asocia con una esperanza de vida más corta debido al acceso limitado a la atención médica, alimentos saludables, viviendas seguras y otros recursos esenciales.
Acceso a la atención médica: Los chequeos y exámenes de detección periódicos pueden ayudar a detectar problemas de salud en una etapa temprana, cuando es más probable que se traten con éxito. El acceso a una atención sanitaria de calidad puede afectar significativamente la esperanza de vida.