- Mejora tu higiene del sueño. Esto significa acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Cree una rutina relajante a la hora de acostarse y asegúrese de que su dormitorio esté oscuro, tranquilo y fresco. Evite la cafeína y el alcohol antes de acostarse.
- Prueba técnicas de relajación. Las técnicas de relajación pueden ayudarle a reducir el estrés y mejorar la calidad de su sueño. Algunos ejemplos de técnicas de relajación incluyen la respiración profunda, el yoga y la meditación.
- Haz ejercicio con regularidad. El ejercicio puede ayudarle a mejorar la calidad de su sueño y reducir el estrés. Intente realizar al menos 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada la mayoría de los días de la semana.
- Evita ver contenidos perturbadores antes de acostarte. Ver contenido perturbador puede aumentar las probabilidades de tener pesadillas. Trate de evitar ver programas de televisión o películas violentas o aterradoras antes de acostarse.
- Hable con un médico. Si tiene dificultades para dejar de hacer realidad sus sueños, hable con su médico. Es posible que puedan recomendar otras opciones de tratamiento, como medicamentos o terapia.
A continuación se ofrecen algunos consejos adicionales que pueden resultar útiles:
- Lleva un diario de sueños. Escribe tus sueños tan pronto como te despiertes. Esto puede ayudarle a identificar los factores desencadenantes que le hacen realizar sus sueños.
- Habla con un terapeuta. Un terapeuta puede ayudarle a identificar las causas subyacentes de sus sueños y a desarrollar mecanismos de afrontamiento.
- Practica sueños lúcidos. El sueño lúcido es la capacidad de controlar tus sueños. Esta puede ser una forma útil de evitar que realices tus sueños. Existen varias técnicas que puedes utilizar para aprender a tener sueños lúcidos.