Winston escribe que el delito de pensamiento no implica infringir ninguna ley. Dado que no existen leyes contra pensamientos, pensamientos o sentimientos, incluso cuando entran en conflicto con los principios del partido o el culto al Gran Hermano, el crimen de pensamiento es distinto del crimen común. Según Winston, el crimen de pensamiento es un concepto creado para infundir dudas y preocupación entre la población, haciéndoles temer sus pensamientos y acciones incluso cuando no hacen nada ilegal.