La corteza visual, ubicada en la parte posterior del cerebro, es responsable de procesar la información visual y crear las imágenes que vemos en nuestros sueños. Cuando estamos despiertos, la corteza visual recibe información de nuestros ojos, que luego se interpreta y procesa para formar las imágenes que vemos. Durante el sueño, la corteza visual todavía está activa, pero no recibe ninguna información de los ojos. En cambio, genera sus propias imágenes basándose en la información almacenada en el cerebro.
Los mecanismos exactos por los cuales la corteza visual genera imágenes oníricas no se comprenden del todo, pero se cree que están relacionados con la liberación de ciertos neurotransmisores y hormonas durante el sueño, como la serotonina y la melatonina. Estas sustancias afectan la actividad de la corteza visual y otras regiones del cerebro involucradas en los sueños, lo que lleva a la producción de imágenes mentales.
Es importante señalar que las imágenes oníricas que experimentamos no siempre son claras y vívidas; pueden ser representaciones fragmentadas, distorsionadas o simbólicas de nuestros pensamientos y emociones. Las imágenes y narrativas específicas de los sueños pueden variar mucho de persona a persona y pueden verse influenciadas por una variedad de factores, incluidas experiencias personales, emociones y procesos subconscientes.