1. Falta de sueño: La falta de sueño o un horario de sueño irregular pueden hacerte más susceptible a la parálisis del sueño y a los terrores nocturnos.
2. Estrés y ansiedad: Las condiciones de salud mental como la ansiedad y el estrés, especialmente a la hora de acostarse, pueden aumentar la probabilidad de que se produzcan estas alteraciones del sueño.
3. Medicamentos: Ciertos medicamentos, en particular los antidepresivos y algunos somníferos, pueden tener el efecto secundario de provocar parálisis del sueño o terrores nocturnos.
4. Trastornos del sueño: Las personas con afecciones como narcolepsia, apnea obstructiva del sueño o síndrome de piernas inquietas tienen más probabilidades de experimentar parálisis del sueño y terrores nocturnos.
5. Genética: Puede haber una predisposición genética a la parálisis del sueño y los terrores nocturnos, ya que a veces son hereditarios.
6. Cambios en el ritmo circadiano: Los cambios repentinos en su horario de sueño, como los debidos al desfase horario o al trabajo por turnos, pueden alterar sus patrones de sueño y hacerlo más propenso a sufrir estas alteraciones del sueño.
7. Abuso de sustancias: El consumo de alcohol y drogas, especialmente antes de acostarse, puede interferir con la calidad del sueño y provocar parálisis del sueño o terrores nocturnos.
Es importante tener en cuenta que los viejos sueños de brujas, la parálisis del sueño y los terrores nocturnos son alteraciones temporales del sueño que generalmente se resuelven por sí solas. Si los experimenta con frecuencia, se recomienda consultar con un profesional de la salud o un especialista en sueño para obtener un diagnóstico adecuado y orientación sobre cómo manejar estas experiencias.