Esta cita se ha atribuido a varias personas, entre ellas Walt Disney, Napoleon Hill y Muhammad Ali. Se ha convertido en un dicho popular en discursos motivadores, libros de autoayuda y otros contenidos inspiradores.
La cita se basa en la idea de que nuestros pensamientos y creencias pueden influir en nuestras acciones y resultados. Si creemos que podemos lograr algo, es más probable que tomemos las medidas necesarias para lograrlo. Por otro lado, si dudamos de nosotros mismos o creemos que algo es imposible, es menos probable que nos esforcemos por lograrlo.
La cita también sugiere que los sueños y las metas no deben estar limitados por el pensamiento convencional o las limitaciones percibidas. Alienta a las personas a pensar en grande, ser ambiciosas y creer en su capacidad para lograr cosas extraordinarias.
Sin embargo, es importante señalar que la cita no debe tomarse literalmente en todas las situaciones. Algunos sueños pueden ser poco realistas o inalcanzables, y es importante ser realista al establecer metas y expectativas. Sin embargo, la cita puede servir como recordatorio de que no debemos subestimar nuestro potencial y siempre debemos luchar por lo que realmente deseamos.