Pruebas de realidad:realice periódicamente comprobaciones sencillas de la realidad para confirmar que está despierto. Por ejemplo, intente pasar el dedo por la palma de la mano o mirar el reloj dos veces para ver si la hora cambia drásticamente. Si puedes pasar estas pruebas consistentemente, es probable que estés despierto.
Sentidos:Presta atención a los detalles de tus sentidos. Los sueños tienden a tener inconsistencias o distorsiones en las imágenes, los sonidos y las sensaciones táctiles. En el mundo físico, las cosas se sienten más consistentes y siguen patrones lógicos.
Prueba del dolor:en los sueños, el dolor suele ser menos intenso o puede no sentirse. Si siente dolor, intente sentir la intensidad y si coincide con lo que sería en realidad.
Control y elección:en los sueños, el nivel de control que tienes sobre tus acciones y tu entorno suele ser limitado. Preste atención a si sus decisiones y movimientos se sienten intencionados y si puede influir en ellos.
Autorreferencia:Reflexiona sobre tus pensamientos y tu conciencia. En un sueño, puede resultar difícil pensar coherentemente en sus sueños. Si eres capaz de contemplar si estás soñando y hacer deducciones lógicas, es probable que estés despierto.
Conciencia y lucidez:algunas personas practican técnicas de sueños lúcidos, que implican controlar y mantener la conciencia durante los sueños. Al reconocer las señales de los sueños, pueden volverse lúcidos y obtener más control sobre su experiencia onírica.
Respuesta emocional:Las experiencias emocionales intensas, especialmente los shocks o cambios repentinos, pueden indicar que estás en un sueño. Los sueños pueden tener una mayor carga emocional e inestabilidad en comparación con la vida de vigilia.
Interacciones físicas:intente interactuar con objetos de su entorno. En los sueños, las interacciones físicas pueden parecer extrañas o carecer de sensación de solidez, mientras que en realidad debería haber una fisicalidad consistente.
Es importante comprender que algunos de estos métodos pueden no ser infalibles y demostrar sin lugar a dudas que no estás en un sueño puede ser un desafío y, a menudo, implica una reflexión y un análisis introspectivo de tus experiencias.