Los sueños son principalmente un producto de la actividad cerebral durante el sueño, influenciados por factores como pensamientos, emociones, recuerdos y entradas sensoriales. Si bien algunas emociones experimentadas en los sueños pueden resuenar con sentimientos sentidos durante las horas de vigilia, no se traducen en sensaciones físicas tangibles en el mundo real. Los sueños existen exclusivamente en el ámbito de las experiencias mentales y no afectan ni alteran directamente el cuerpo físico.