- No los recuerdas. Los sueños pueden ser fugaces y olvidarse fácilmente, especialmente si no los escribe de inmediato ni se lo cuenta a alguien.
- Estás bajo mucho estrés. El estrés puede interferir con el sueño y dificultar el recuerdo de los sueños.
- Estás tomando ciertos medicamentos. Algunos medicamentos, como los antidepresivos y los antihistamínicos, pueden afectar los sueños y hacerlos más difíciles de recordar.
- No estás durmiendo lo suficiente. Cuando tienes falta de sueño, es posible que no entres en las etapas profundas del sueño donde es más probable que ocurran sueños.
- Estás experimentando trastornos del sueño. Ciertos trastornos del sueño, como la apnea del sueño y la narcolepsia, pueden alterar el sueño y dificultar el recuerdo de los sueños.
Si te preocupan tus sueños en blanco, habla con tu médico. Pueden ayudar a descartar cualquier afección médica subyacente y recomendar estrategias para mejorar su sueño.