De repente, una ola monstruosa surge del mar y rompe sobre Percy, envolviéndolo en agua. Le cuesta respirar y el peso del agua lo aplasta. Siente que se está ahogando, y justo cuando cree que no puede aguantar más, el sueño termina.
Percy se despierta sudando frío y con el corazón acelerado. Se queda allí por un momento, tratando de recuperar el aliento y calmar sus nervios. Mientras piensa en el sueño, se da cuenta de que es una metáfora de su vida. El mar representa los desafíos que enfrenta y el acantilado representa el punto de no retorno. Sabe que no puede seguir huyendo de sus problemas; tiene que enfrentarlos de frente o corre el riesgo de ahogarse en ellos.
El sueño también sirve como advertencia para Percy. Si no toma el control de su vida y hace algunos cambios, terminará en un mal lugar. Necesita encontrar maneras de afrontar su ira y agresión, y necesita aprender a confiar en sus instintos.
El sueño es un poderoso recordatorio de la vulnerabilidad de Percy, pero también subraya su resistencia y fuerza. No dejará que sus miedos lo controlen. Enfrentará sus desafíos de frente y saldrá victorioso.