• Una posibilidad es que la persona padezca anemia por deficiencia de hierro. El hierro es un mineral esencial que se necesita para producir hemoglobina, la proteína de los glóbulos rojos que transporta oxígeno a las células de todo el cuerpo. Cuando una persona está anémica, no tiene suficiente hemoglobina, lo que puede provocar una serie de síntomas, como fatiga, debilidad, dificultad para respirar y mareos. En algunos casos, la anemia también puede causar pica, un trastorno alimentario que implica anhelar y comer artículos no alimentarios, como tierra, arcilla o hielo. La sangre es una rica fuente de hierro, por lo que las personas con anemia pueden desearlo en un intento de corregir su deficiencia.
• Otra posibilidad es que la persona padezca una enfermedad mental, como esquizofrenia o trastorno bipolar. La psicosis, un síntoma de estas enfermedades, puede hacer que las personas vean, escuchen o crean cosas que no existen. En algunos casos, las personas con psicosis pueden desear sangre porque creen que beberla les dará poderes sobrenaturales o les permitirá comunicarse con los espíritus.
• Finalmente, es posible que algunas personas simplemente disfruten el sabor de la sangre. Esto no es necesariamente un signo de una enfermedad mental o un trastorno físico, pero puede ser motivo de preocupación si va acompañado de otros síntomas, como un comportamiento violento o agresivo.
Si desea sangre, es importante consultar a un médico para descartar cualquier afección médica subyacente. Su médico también puede ayudarlo a desarrollar un plan de tratamiento si su antojo le causa angustia o afecta negativamente su vida.