En el folclore, se suele describir que los vampiros necesitan sangre para sobrevivir. Esto se debe a que a menudo se los representa como no-muertos y, por lo tanto, carecen de la capacidad de producir su propia sangre. Como tales, deben consumir la sangre de otros para mantener su existencia.
En algunos casos, también se puede representar a los vampiros bebiendo sangre por placer o como una forma de poder. Esto se ve a menudo en representaciones más modernas de vampiros, como las que se encuentran en la cultura popular.