El origen del término "número muerto" no está del todo claro, pero se cree que se originó a principios del siglo XX, cuando las redes telefónicas se operaban manualmente. En aquel entonces, los operadores telefónicos conectaban físicamente las llamadas conectando cables a los enchufes de una centralita. Cuando una línea se desconectaba o ya no estaba en uso, el operador la marcaba como "muerta" o "fuera de servicio" en sus registros.
Con el tiempo, el término "número muerto" se utilizó más ampliamente para referirse a cualquier número de teléfono que ya no estaba activo. Ahora se usa comúnmente en diversos contextos, incluidas las telecomunicaciones, el servicio al cliente y las ventas, para indicar que un número no es accesible o no se puede utilizar para realizar o recibir llamadas.