- Relajación de los músculos faciales: Cuando alguien muere, los músculos de la cara se relajan, lo que puede hacer que los conductos lagrimales se abran y las lágrimas fluyan. Esta relajación natural de los músculos puede hacer que los párpados caigan, permitiendo que las lágrimas fluyan.
- Enfriamiento evaporativo: Cuando alguien muere, el cuerpo comienza a enfriarse. Cuando esto sucede, la humedad de la piel puede evaporarse y provocar que la piel se seque. Esta sequedad puede irritar la córnea del ojo, lo que desencadena la producción de lágrimas.
- Producción refleja de lágrima: Las lágrimas reflejas se producen en respuesta a ciertos estímulos, como una luz brillante o un olor fuerte. Después de la muerte, el cuerpo a veces puede presentar acciones reflejas debido a la función residual del sistema nervioso y de algunos grupos de músculos.
- Lágrimas emocionales: Si la persona fallecida falleció repentina o trágicamente, quienes están en duelo pueden experimentar emociones que pueden llevar a la producción de lágrimas. Ver las lágrimas rodando por el rostro de una persona fallecida puede tener una carga emocional, pero es importante comprender que es un suceso físico normal que no necesariamente indica un evento o causa de muerte específica.