* Digestión. Cuando comemos, nuestros alimentos se descomponen en nutrientes que nuestro cuerpo puede utilizar. Los productos de desecho de este proceso, incluidos los alimentos no digeridos, las bacterias y las células del revestimiento de nuestros intestinos, forman las heces.
* Absorción de agua. A medida que las heces avanzan por nuestros intestinos, se absorbe agua. Esto ayuda a que las heces sean sólidas y más fáciles de evacuar.
* Movimiento de las heces. Los músculos de nuestros intestinos se contraen para hacer avanzar las heces a través de nuestros intestinos. Este proceso se llama peristalsis.
* Las ganas de hacer caca. Cuando las heces llegan al recto, ejercen presión sobre las paredes del recto. Esto desencadena la necesidad de defecar.
Hacer caca es una parte natural y necesaria de la vida. Ayuda a mantener nuestro cuerpo sano y funcionando correctamente.
Aquí hay algunos factores adicionales que pueden afectar la frecuencia con la que defecas:
* Dieta. Una dieta rica en fibra, frutas y verduras puede ayudar a promover deposiciones regulares.
* Ejercicio. El ejercicio regular puede ayudar a mantener los intestinos moviéndose con regularidad.
* Estrés. El estrés puede provocar estreñimiento o diarrea.
* Medicamentos. Algunos medicamentos, como los antibióticos y los analgésicos, pueden provocar estreñimiento o diarrea.
* Condiciones médicas. Ciertas afecciones médicas, como el síndrome del intestino irritable (SII), la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, pueden afectar las deposiciones.
Si le preocupan sus deposiciones, hable con su médico.