Es importante tener en cuenta que la cantidad real de energía solar recibida en la superficie de la Tierra puede variar debido a varios factores, incluida la hora del día, la estación, la ubicación geográfica, la cobertura de nubes y las condiciones atmosféricas. La cantidad de luz solar que llega a la superficie de la Tierra disminuye a medida que atraviesa la atmósfera, donde puede ser absorbida o dispersada por gases, aerosoles y otras partículas.