1. Aturdimiento o mareos:una sensación de aturdimiento o mareos es un síntoma común que precede al desmayo. Esto se debe a que el cerebro no recibe suficiente sangre y oxígeno, lo que puede provocar una sensación de giro o inestabilidad.
2. Visión borrosa o manchas delante de los ojos:algunas personas experimentan visión borrosa o ven manchas delante de los ojos antes de desmayarse. Esto también está relacionado con la reducción del flujo sanguíneo al cerebro.
3. Náuseas y malestar abdominal:pueden aparecer náuseas o malestar estomacal antes de desmayarse. Algunas personas pueden sentir una sensación de náuseas o malestar abdominal.
4. Piel pálida o sudoración fría:la piel puede verse pálida o tener un tinte azulado debido a la disminución del flujo sanguíneo. También puede haber sudoración fría o humedad.
5. Sensación de desmayo o debilidad:una persona puede tener un sentimiento general de debilidad o la sensación de que podría desmayarse. Esta sensación de pérdida inminente del conocimiento puede ser una señal de alerta.
6. Confusión o desorientación:algunas personas experimentan confusión o desorientación momentánea justo antes de desmayarse. Es posible que se sientan "fuera de lugar" o tengan dificultades para pensar con claridad.
7. Zumbidos en los oídos o visión de túnel:ciertas personas informan haber escuchado un zumbido o zumbido en los oídos (tinnitus) o tener visión de túnel donde la visión periférica se estrecha.
8. Aumento del ritmo cardíaco o palpitaciones:el ritmo cardíaco puede aumentar o sentir que está acelerado (palpitaciones) en un intento de compensar la caída de la presión arterial.
9. Hormigueo o entumecimiento:algunas personas sienten hormigueo o entumecimiento en las manos, dedos o pies antes de desmayarse.
Es importante tener en cuenta que experimentar cualquiera de estos síntomas no siempre provoca desmayos, pero pueden ser señales de advertencia de que debes sentarte o acostarte y buscar atención médica si los síntomas persisten o empeoran. Si siente que va a desmayarse, es fundamental reducir el riesgo de lesiones encontrando un lugar seguro para recostarse y elevando las piernas. Si los desmayos ocurren con frecuencia o van acompañados de síntomas preocupantes, es esencial consultar a un profesional de la salud para su evaluación y control.