Explicación:Esta superstición se remonta al antiguo Egipto, donde se creía que la forma triangular formada por la escalera y el suelo representaba la Santísima Trinidad. Pasar por este espacio sagrado se consideraba una falta de respeto y traería desgracias al individuo. Además, apoyar una escalera contra una pared creó una oportunidad para que los espíritus malignos bajaran y entraran a la casa, causando daño a los residentes.