1. Osiris :El dios Osiris, señor del inframundo y juez de los muertos, presidía la sala del juicio y supervisaba la ceremonia de pesaje del corazón. Fue visto como la encarnación de la justicia y la equidad en el más allá.
2. Anubis :Anubis, el dios con cabeza de chacal asociado con el embalsamamiento y los rituales funerarios, jugó un papel importante en el proceso de juicio. Era responsable de guiar a los difuntos al Salón del Juicio, ungirlos con óleos sagrados y prepararlos para el pesaje del corazón.
3. Thot :Thoth, el dios del conocimiento, la sabiduría y la escritura, estuvo presente en la Sala del Juicio. Era el responsable de registrar los resultados del pesaje del corazón y el veredicto final de cada fallecido.
4. Los cuarenta y dos jueces :La Sala del Juicio estaba supervisada por un grupo de jueces divinos conocidos como los Cuarenta y dos Jueces, cada uno de los cuales representaba un aspecto específico de la moralidad y la virtud. Evaluaron el corazón del difunto comparándolo con Maat, el antiguo concepto egipcio de verdad, equilibrio y orden, y determinaron el resultado final.
5. El pesaje del corazón :Durante el proceso de juicio, el corazón del difunto se pesaba en una balanza contra la pluma de Maat. Si el corazón era más ligero que la pluma, significaba que la persona había llevado una vida virtuosa y se le concedería la vida eterna en el Campo de Juncos, un reino paradisíaco del más allá. Si el corazón pesaba más que la pluma, indicaba malas acciones o pecados, y el difunto enfrentaría un mayor escrutinio o un posible castigo.
6. Amitir al Devorador :En caso de un juicio negativo, Ammit, una criatura temible a menudo representada con el cuerpo de una leona, la cabeza de un cocodrilo y los cuartos traseros de un hipopótamo, consumiría el corazón del difunto, lo que resultaría en su destrucción eterna y negación de la entrada al más allá.
Estas figuras y entidades clave dentro de la sala del juicio de Osiris desempeñaron papeles esenciales a la hora de determinar el destino del difunto y su viaje al más allá en función de sus acciones y carácter moral durante su vida terrenal.