En muchas tradiciones religiosas, entrar al cielo a menudo se asocia con conceptos como fe, conducta recta y arrepentimiento por los pecados. La idea del cielo como un lugar de eterna bienaventuranza y recompensa a menudo está vinculada al concepto de gracia o salvación divina. Sin embargo, los criterios y condiciones exactos para entrar al cielo pueden variar mucho según los diferentes sistemas de creencias, y no existe un acuerdo universal ni evidencia empírica que respalde ningún punto de vista en particular.
En última instancia, las posibilidades de ir al cielo son una cuestión de creencia teológica y de fe personal, y no existe una forma científica o empírica de determinarlas con certeza.