Por ejemplo, durante la Europa medieval, las brujas eran vistas a menudo como sirvientas o ayudantes del diablo y las prácticas de brujería se consideraban una forma de herejía o desviación religiosa. Las personas acusadas de brujería fueron sometidas a juicios, castigos legales y ejecuciones durante este tiempo. Es importante reconocer que estas creencias y persecuciones se debieron en gran medida a supersticiones culturales, miedo y desinformación, más que a bases fácticas o pruebas.
Las acusaciones y persecuciones de brujería fueron prominentes durante el período moderno temprano (alrededor del siglo XV al XVIII). En algunas partes del mundo, los infames juicios de brujas de Salem, Massachusetts, sirven como un ejemplo bien conocido de este fenómeno.
Las creencias y prácticas de brujería han existido en varias sociedades indígenas y tradicionales a lo largo de la historia y continúan teniendo importancia en algunas culturas en la actualidad. Estos sistemas de creencias a menudo incluyen herboristería de curación espiritual y prácticas religiosas tradicionales.
Sin embargo, es importante enfatizar que la imagen de las brujas como mujeres voladoras y risueñas con sombreros puntiagudos que montan escobas se basa en gran medida en estereotipos exagerados y cuentos populares más que en la realidad histórica.