Si bien la Biblia no proporciona razones explícitas, los eruditos han propuesto varias razones posibles para la partida de Juan Marcos. Aquí hay algunas razones potenciales:
Inmadurez o falta de preparación :Juan Marcos puede haber sido joven o inexperto para las dificultades y desafíos del viaje misionero. Las dificultades e incertidumbres del viaje pudieron haberlo abrumado o desanimado, llevándolo a tomar la decisión de partir.
Nostalgia :Juan Marcos podría haber sentido un fuerte apego a su familia, amigos o su hogar en Jerusalén. Podría haber extrañado el entorno familiar y las comodidades de su vida anterior, lo que le impulsó a regresar.
Desacuerdos o conflictos de personalidad :Si bien no hay evidencia directa de conflicto, las diferencias de opiniones, personalidades o enfoques entre Juan Marcos y los otros misioneros pueden haber contribuido a la tensión y a su eventual decisión de irse.
Cambio de Planes o Prioridades :Es posible que Juan Marcos tuviera motivos u obligaciones personales que le obligaran a regresar a Jerusalén. Quizás tenía responsabilidades o compromisos importantes en casa que necesitaba atender.
Vale la pena señalar que la partida de Juan Marcos no tensó permanentemente su relación con Pablo y Bernabé. Se le menciona más adelante en el Nuevo Testamento, y parece que se reconciliaron y continuaron trabajando juntos en el futuro (por ejemplo, Colosenses 4:10).