- Sensación de un descenso repentino de la temperatura.
- Escuchar ruidos extraños, como pasos o susurros.
- Ver objetos moverse solos.
- Sentir la sensación de ser observado.
- Tener pesadillas o malos sueños.
- Sentir un punto frío en la piel.
- Experimentar un sentimiento repentino de miedo o pavor.
Es importante señalar que estas señales no siempre son indicativas de una presencia fantasmal. También podrían deberse a otros factores, como corrientes de aire, suelos chirriantes o simplemente su imaginación. Si experimenta alguno de estos signos, lo mejor es consultar con un profesional para determinar el origen de la alteración.