1. Escuche y valide sus experiencias. Puede resultar aterrador y confuso para los niños que experimentan cosas que no pueden explicar. Estar ahí para ellos, escuchar sus experiencias y tomarlas en serio puede ayudarlos a sentirse apoyados y menos solos.
2. Ayúdelos a comprender la diferencia entre experiencias reales e imaginadas. A menudo, la imaginación de los niños es muy activa y pueden tener dificultades para distinguir entre lo real y lo imaginado. Explíqueles amablemente que no todos ven o sienten las mismas cosas y que lo que están experimentando puede no ser real.
3. Proporcione tranquilidad y consuelo. Hágale saber al niño que usted está ahí para ayudarlo y que está a salvo. Ayúdelos a sentirse seguros en su entorno asegurándose de que tengan un lugar cómodo y tranquilo para dormir y pasando tiempo de calidad con ellos.
4. Anímelos a expresar sus sentimientos. Anime a su hijo a expresar sus sentimientos sobre lo que está experimentando, ya sea que esté asustado, emocionado o confundido. Hablar de sus experiencias puede ayudarles a sentirse mejor y a procesar lo que está sucediendo.
5. Busca ayuda profesional si es necesario. Si las experiencias de su hijo le causan una angustia o alteración significativa en su vida, considere buscar ayuda profesional de un terapeuta infantil o un psicólogo con experiencia en trabajar con niños que tienen experiencias inusuales.