En el pasado, especialmente durante la Edad Media y principios de la Edad Moderna, las brujas a menudo se asociaban con prácticas malvadas o negativas. En muchas partes de Europa se produjo persecución de personas acusadas de brujería, que dio lugar a numerosos juicios y ejecuciones. Muchos de estos procesamientos se basaron en información errónea, malentendidos y acusaciones falsas.
En los tiempos modernos, el concepto de brujas ha evolucionado y algunas personas se identifican como practicantes de brujería o Wicca, que es una religión pagana moderna. La brujería moderna a menudo se centra en la naturaleza, la espiritualidad y el crecimiento personal, en lugar de los estereotipos negativos asociados con ella en el pasado.
Es importante abordar el tema de las brujas y la brujería con una perspectiva crítica e informada, reconociendo que la persecución histórica de personas acusadas de brujería fue resultado de la superstición y los prejuicios. En la sociedad contemporánea, la brujería puede ser un sistema de creencias personal y una forma para que las personas se conecten con su espiritualidad.