Los hechizos, encantamientos y rituales en los sistemas mágicos tienen sus raíces en creencias culturales, folclore y prácticas simbólicas que pueden tener un significado personal para individuos o dentro de ciertas comunidades. Sin embargo, estas prácticas no poseen la capacidad de producir efectos físicos reales ni de manipular la realidad en la forma que se describe en las obras de ficción.
La ciencia ha demostrado consistentemente que los eventos y fenómenos naturales pueden explicarse mediante principios científicos, leyes de la física y observaciones empíricas. Las afirmaciones de que los hechizos mágicos reales funcionan a menudo caen en el ámbito de la superstición, las ilusiones o el entretenimiento.