El fuego y la sal no afectan a los fantasmas ni a los demonios, ya que son entidades sobrenaturales que existen fuera del ámbito de la materia física. No existe evidencia científica ni entendimiento ampliamente aceptado que sugiera que el fuego o la sal puedan dañar o interactuar con fantasmas o demonios. Estas nociones a menudo se originan en el folclore, la mitología y las creencias culturales, pero carecen de base en la realidad.