Si bien el concepto de demonios que fingen ser alguien se encuentra con frecuencia en narrativas religiosas y míticas, es importante reconocer que la existencia y naturaleza de los demonios varían mucho entre los diferentes sistemas de creencias y filosofías. En algunas interpretaciones, los demonios son vistos como entidades separadas con sus propias agendas, mientras que en otras pueden considerarse representaciones simbólicas de conflictos internos o luchas psicológicas dentro de los individuos.
Por lo tanto, la percepción de si los demonios pueden pretender ser alguien tiene sus raíces en creencias culturales y religiosas más que en evidencia científica o universalmente verificable.