Creencias religiosas: Durante la Edad Media, Europa era predominantemente cristiana. La creencia generalizada en la brujería estuvo fuertemente influenciada por las enseñanzas religiosas y la interpretación de pasajes bíblicos. Las personas que se comportaban de manera diferente, practicaban curaciones populares o religiones tradicionales, o desafiaban la autoridad de la Iglesia, a menudo eran sospechosas de brujería.
Supersticiones: Las supersticiones jugaron un papel importante en las sociedades premodernas. La gente creía en seres sobrenaturales, como hadas, elfos y brujas, que podían influir en sus vidas. Si una persona experimentaba desgracias, como enfermedades, malas cosechas o acontecimientos inexplicables, a menudo se culpaba a la brujería.
Marginación social: Las personas marginadas o diferentes de la mayoría tenían más probabilidades de ser acusadas de brujería. Esto incluía a mujeres que vivían de forma independiente, personas mayores, personas con discapacidades y cualquiera que desafiara las normas sociales o los roles de género tradicionales.
Dinámica de poder: En tiempos de inestabilidad social y política, gobernantes e individuos poderosos utilizaron acusaciones de brujería como medio de control y opresión. Al perseguir a las supuestas brujas, podrían eliminar la disidencia, consolidar su poder y suprimir los desafíos a su autoridad.
Malinterpretación de los fenómenos naturales: Ciertos fenómenos naturales, como tormentas, enfermedades o sucesos inexplicables, a menudo se atribuían a la influencia de brujas o fuerzas sobrenaturales. Esta creencia, combinada con el miedo y la superstición, podría dar lugar a acusaciones de brujería.
Histeria e histeria colectiva: En algunos casos, las acusaciones de brujería podrían extenderse como la pólvora debido a la histeria colectiva. La acusación de un individuo podría desencadenar una reacción en cadena, dando lugar a múltiples acusaciones dentro de la misma comunidad. El miedo y la paranoia alimentaron la difusión de estas acusaciones, lo que dio lugar a cacerías de brujas y persecuciones.
Es importante señalar que el concepto de brujería se basa principalmente en la superstición y los prejuicios, y no existe evidencia científica que respalde la existencia de brujas o poderes mágicos.