En el cristianismo, a menudo se habla del concepto de ángeles guardianes y se cree que cada persona puede tener un ángel guardián que guía, protege e intercede por ella. Sin embargo, esta creencia se basa en textos e interpretaciones religiosas específicas.
En otras tradiciones religiosas, como algunas ramas del hinduismo y el budismo, se cree que los individuos pueden tener protectores divinos, espíritus guías o devas que los vigilan. Sin embargo, la naturaleza de estos protectores puede diferir del concepto de ángeles o demonios guardianes.
En contextos seculares o no religiosos, el concepto de espíritus guardianes a menudo se considera mitológico o simbólico más que una realidad literal. Puede verse como una forma de personificar las fuerzas protectoras o como una metáfora de la guía interna o la fuerza que los individuos pueden encontrar dentro de sí mismos.
En última instancia, la existencia de demonios guardianes o ángeles guardianes es una cuestión de creencia personal y varía según las perspectivas espirituales o religiosas individuales.