Fuerza sobrenatural: Los vampiros suelen tener una fuerza sobrehumana, que supera las capacidades humanas.
Velocidad y Agilidad: Los vampiros pueden exhibir una velocidad y agilidad excepcionales, lo que les permite moverse con una rapidez borrosa.
Regeneración: Algunas tradiciones vampíricas incluyen la capacidad de curar y regenerar lesiones corporales a un ritmo acelerado.
Inmortalidad: Los vampiros suelen ser retratados como seres inmortales, inmunes al envejecimiento y a la muerte natural.
Consumo de sangre: Los vampiros requieren beber sangre humana o animal para sustentar su existencia y mantener sus poderes.
Hipnosis: Se cree que ciertos vampiros poseen el poder de manipular o controlar a otros mediante sugestión hipnótica.
Lectura de la mente: Algunas leyendas de vampiros incluyen la capacidad de leer los pensamientos o recuerdos de los demás.
Cambio de forma: Algunos mitos de vampiros implican el poder de cambiar de forma, como transformarse en murciélagos, lobos o niebla.
Convincente: Algunas historias de vampiros les atribuyen el poder de obligar o influir en los individuos para que cumplan sus órdenes en contra de su voluntad.
Control de animales: Raros casos de cuentos de vampiros les otorgan la capacidad de comandar y controlar animales.
Vuelo: En cierta tradición vampírica, se atribuye a estas criaturas el poder de volar, lo que les permite volar por el aire.
Telequinesis: Ocasionalmente, se representa a los vampiros con la capacidad de mover objetos con la mente.
Invulnerabilidad: Algunas leyendas de vampiros los describen como casi indestructibles, resistentes a la mayoría de las formas de daño y daño.
Es importante tener en cuenta que estos poderes varían según las diferentes mitologías, culturas y obras de ficción de los vampiros, y no todos los vampiros poseen todas las habilidades mencionadas.