- Sensación de un descenso brusco de la temperatura en una zona localizada.
- Escuchar voces incorpóreas.
- Ver apariciones o sombras moviéndose por el rabillo del ojo.
- Oler aromas florales o desagradables que no se pueden atribuir a nada físico.
- Experimentar la sensación de ser tocado, observado o respirado.
- Electrónica que no funciona correctamente o se enciende y apaga sola.
- Animales que actúan de forma extraña, como mirar fijamente espacios vacíos o gruñir a cosas invisibles.
- Actividad de poltergeist, como objetos que se mueven solos, puertas que se abren y cierran solas y golpes en las paredes.
- Sentir una sensación general de malestar o pavor.
- Sueños con difuntos u otros seres sobrenaturales.
- Intuición o “sexto sentido” de que algo anda mal.