Hay muchas perspectivas diferentes sobre lo que les sucedería a las personas que creen en Dios. Algunos creen que estas personas experimentarían una variedad de resultados positivos, como mayor felicidad, reducción del estrés y un mayor sentido de propósito y significado en la vida. Otros creen que creer en Dios puede tener consecuencias negativas, como una mayor intolerancia y prejuicio hacia quienes tienen creencias diferentes, o una tendencia a confiar en la fe en lugar de la razón y la evidencia al tomar decisiones. En última instancia, es probable que los efectos de creer en Dios varíen de persona a persona y dependan de una variedad de factores, incluidas las experiencias, creencias y valores personales del individuo.