Acusaciones basadas en el género :Las mujeres tenían más probabilidades que los hombres de ser acusadas de brujería debido a las normas sociales y las dinámicas de poder de la época. A menudo se consideraba que las mujeres eran inferiores a los hombres y carecían de acceso a la educación y a puestos de poder, lo que las hacía más vulnerables a las acusaciones.
Histeria e histeria colectiva :En algunos casos, las acusaciones de brujería podrían extenderse como la pólvora debido a la histeria colectiva. Las comunidades se volverían temerosas y desconfiadas, lo que daría lugar a acusaciones falsas contra personas inocentes.
Rencores y conflictos personales :Las acusaciones de brujería a veces estaban motivadas por disputas personales, celos o venganza. La gente puede utilizar acusaciones de brujería como una forma de dañar o desacreditar a otros.
Confesiones y tortura :En muchos juicios por brujería, las confesiones se obtuvieron del acusado mediante el uso de tortura o coerción psicológica. Estas confesiones falsas o obtenidas bajo coerción se utilizaron a menudo como prueba contra los acusados, lo que dio lugar a condenas injustas.
Miedos sociales y búsqueda de chivos expiatorios :En tiempos de tensión social o desastres naturales, como hambrunas o epidemias, las comunidades pueden buscar chivos expiatorios a quienes culpar de sus problemas. Acusar de brujería a personas vulnerables, como mujeres o marginados, podría servir como una forma de redirigir los miedos y liberar tensiones dentro de la comunidad.
Falta de comprensión científica :El conocimiento científico era limitado en aquella época y las explicaciones de los fenómenos naturales o sucesos misteriosos a menudo se atribuían a fuerzas sobrenaturales, incluida la brujería.