Tocar la batería: El curandero solía tocar el tambor o sonajar mientras realizaba una ceremonia. Se pensaba que el sonido rítmico perturbaba el poder de los espíritus malignos y ayudaba a ahuyentarlos.
Cantando: El curandero cantaba o cantaba canciones sagradas durante la ceremonia. Se creía que estas canciones tenían el poder de invocar la ayuda de los buenos espíritus y proteger contra el mal.
Bailando: El curandero también podría bailar durante la ceremonia. Esto fue visto como una forma de conectarse con el mundo de los espíritus y ahuyentar a los espíritus malignos.
Imposición de manos: El curandero a veces colocaba sus manos sobre la persona u objeto que estaba siendo tratado para transferir energía positiva y ahuyentar a los espíritus malignos.