En un pequeño pueblo ubicado entre colinas, existía un antiguo camino envuelto en misterio y leyendas susurradas. Este camino se conocía como Camino de las Brujas y se decía que era el camino que recorrían las brujas por la noche para reunirse para sus rituales secretos.
Según los relatos de los aldeanos, Witch Road solo se podía ver bajo la luz de la luna llena. Aparecería como un camino plateado y reluciente que serpentea a través del bosque y conduce a un destino desconocido. Algunos afirmaban que las brujas utilizaban este camino para transportarse a un reino mágico donde podían comunicarse con los espíritus de la naturaleza.
Los aldeanos hablaron en voz baja sobre los extraños sucesos que habían tenido lugar cerca de Witch Road. Susurraron sobre apariciones misteriosas, sonidos espeluznantes que resonaban en el bosque y voces incorpóreas que gritaban desde la oscuridad. Algunos incluso afirmaron haber visto figuras fantasmales bailando entre los árboles, con la risa llevada por el viento.
Con el paso de los años, la leyenda de Witch Road creció, infundiendo miedo y fascinación en los corazones de los aldeanos. Las almas supersticiosas evitaban por completo el camino, mientras que otras se atrevían a acercarse, con la esperanza de vislumbrar las reuniones místicas de las brujas.
Una noche, un joven llamado Jack decidió desafiar Witch Road. Siempre le habían intrigado las leyendas que lo rodeaban y quería demostrar su valentía a sus amigos. Mientras se aventuraba en el bosque, la luna arrojó un brillo espeluznante, iluminando el camino ante él.
Jack siguió el sinuoso camino, su corazón latía con anticipación. De repente, escuchó el sonido de risas y voces susurrando a lo lejos. Se quedó paralizado, su cuerpo hormigueando de emoción y miedo. Sabía que había encontrado la reunión de brujas.
La curiosidad de Jack lo impulsó hacia adelante y se aventuró más profundamente en el bosque. Llegó a un claro donde las brujas estaban realizando sus rituales, con sus figuras sombrías bailando a la luz de la luna. Jack observó con asombro cómo lanzaban hechizos, cantaban antiguos encantamientos e invocaban a los espíritus de la noche.
Pero justo cuando Jack estaba a punto de dar un paso adelante y revelar su presencia, sintió una mano fría y húmeda agarrar su hombro. Se giró y vio a una anciana parada detrás de él, con los ojos brillando con una luz de otro mundo.
"No deberías estar aquí", susurró la anciana, su voz con un tono de advertencia. "Este lugar no es para aquellos que no pertenecen."
Con un sobresalto, Jack se dio cuenta de que lo habían atrapado. Se dio la vuelta y echó a correr, con el corazón acelerado mientras corría de regreso por Witch Road. Las risas de las brujas lo siguieron, resonando por el bosque.
Jack nunca volvió a hablar de su encuentro, pero la leyenda de Witch Road siguió viva, una historia de misterio y magia que continuó fascinando e intrigando a los aldeanos durante las generaciones venideras.