Antiguo Cercano Oriente:
En la antigua mitología mesopotámica, el grifo se asocia con el dios Ningishzida, a quien a menudo se le representa como un grifo con cabeza humana. El grifo es visto como un símbolo de poder y fuerza, que guarda tesoros y templos sagrados.
Mitología griega y romana:
Los grifos aparecen con frecuencia en la mitología griega y sirven como guardianes del oro y otros tesoros. En la famosa historia de los argonautas, los grifos protegen ferozmente el vellocino de oro. Además, el poeta griego Hesíodo menciona a los grifos como protectores de los dioses.
Mitología escita:
Los escitas, un antiguo pueblo de Asia Central, veneraban mucho a los grifos. Consideraban al grifo una criatura sagrada, que representaba el sol, el poder y la realeza. El arte escita a menudo representa grifos en diversas formas y roles.
Literatura medieval europea:
En el folclore europeo medieval, los grifos seguían siendo retratados como guardianes, pero también se los asociaba con la caballerosidad, el coraje y la nobleza. A menudo aparecían en escudos de armas y símbolos heráldicos.
Mitología persa:
En la cultura y el folclore persa, el grifo se conoce como "Simurgh". Ocupa un lugar importante en la literatura persa, especialmente en el poema épico "Shahnameh". El Simurgh es visto como una criatura sabia y benévola y una guía para héroes y buscadores espirituales.
Estas leyendas del grifo muestran cómo esta magnífica criatura ha cautivado la imaginación humana en diferentes culturas y épocas, simbolizando fuerza, protección y sabiduría mística.