La palabra "demonio" se deriva de la palabra latina "daemonium", que se utilizó para traducir la palabra griega "daimon". En la teología cristiana, los demonios suelen representarse como espíritus malévolos o malignos que se oponen a Dios y buscan dañar a los humanos. El término "demonio" también se utiliza en diversos contextos ocultos y sobrenaturales para referirse a entidades o fuerzas que se consideran negativas o dañinas.
Si bien las palabras "daemon" y "demon" comparten un origen etimológico común, tienen distintos significados y connotaciones en diferentes contextos. En la mitología y la literatura clásicas, los demonios a menudo eran retratados como seres benevolentes o neutrales, mientras que en la teología cristiana y la cultura popular, los demonios a menudo se asocian con el mal y la negatividad. En informática, el término "demonio" se utiliza en un sentido puramente técnico para referirse a un proceso en segundo plano, sin implicaciones sobrenaturales o religiosas.