La brujería se asocia comúnmente con la adoración de deidades o entidades sobrenaturales y el uso de poderes mágicos para beneficio personal o el bienestar de los demás. A menudo implica la manipulación de fuerzas naturales y el uso de símbolos y símbolos para influir en eventos o resultados.
En los tiempos modernos, la brujería se practica a menudo como una forma de expresión espiritual o religiosa, y algunas personas pueden identificarse como brujas o practicantes de brujería. La brujería también puede verse como un movimiento contracultural que desafía las normas religiosas y sociales tradicionales.