En el antiguo Egipto, el Ojo de Horus era un símbolo de protección, curación y restauración, y a menudo se asociaba con los dioses Horus y Ra. En el cristianismo, el ojo que todo lo ve se representa comúnmente en el arte religioso, particularmente en representaciones de la Santísima Trinidad o en el contexto de Dios Padre. Simboliza la omnisciencia y la vigilancia de Dios sobre la humanidad.
En la masonería, el ojo que todo lo ve es un símbolo destacado que representa el ojo vigilante de Dios y los principios de moralidad, conocimiento y verdad. A menudo se representa dentro de un triángulo, que representa los tres lados de la naturaleza divina:poder, sabiduría y belleza.
En la cultura popular, el ojo que todo lo ve se asocia frecuentemente con teorías de conspiración y sociedades secretas, simbolizando el conocimiento oculto o el ojo vigilante de una élite poderosa. También se utiliza en varios movimientos espirituales, como la Teosofía y la espiritualidad de la Nueva Era, para representar la intuición, la conciencia superior y la presencia divina.
En general, el ojo que todo lo ve es un símbolo poderoso que ha adquirido diferentes significados e interpretaciones en diversos contextos. Comúnmente representa el conocimiento divino, la omnisciencia y el ojo vigilante de un poder superior, pero su significado puede variar según el marco cultural, religioso o simbólico en el que se utiliza.