Es importante tener en cuenta que las creencias sobre la suerte son muy personales y culturales, y no existe un acuerdo universal sobre si algo se considera mala o buena suerte. Lo que podría considerarse desafortunado en una cultura podría no tener el mismo significado en otra. Por lo tanto, es mejor abordar estas creencias con cautela y recordar que se basan en interpretaciones subjetivas más que en hechos objetivos.