La combustión completa es más eficiente que la combustión incompleta, que produce hollín y otros contaminantes. Esta es la razón por la que a menudo se ven llamas azules en las estufas de gas y otros aparatos que queman gas natural o propano. Estos aparatos están diseñados para producir una combustión completa, lo que da como resultado una llama limpia y eficiente.
Por el contrario, la combustión incompleta produce una llama amarilla. Esto se debe a que el combustible de la llama no reacciona completamente con el oxígeno, lo que provoca la formación de hollín y otros contaminantes. Las llamas amarillas se ven a menudo en estufas y chimeneas de leña, donde puede resultar difícil lograr una combustión completa.
El color de una llama también puede verse afectado por la presencia de impurezas. Por ejemplo, una llama que contiene sal se volverá naranja. Una llama que contiene cobre se volverá verde.