Ruidos extraños: Escuchar pasos, golpes u otros sonidos inexplicables cuando no hay nadie allí.
Puntos fríos: Zonas de la casa que siempre están más frías que el resto, incluso cuando sube la temperatura.
Olores extraños: Olores inexplicables, como perfume o humo de cigarro, que aparecen y desaparecen.
Objetos en movimiento: Objetos que se mueven o cambian de posición por sí solos.
Apariciones: Ver los fantasmas o espíritus de personas que han muerto.
Perturbaciones electrónicas: Dispositivos electrónicos, como radios o televisores, que se encienden o apagan solos o que experimentan estática u otras interferencias.
Sentimientos de ser observado: Una sensación de que te están observando o siguiendo, incluso cuando no hay nadie allí.
Sueños o pesadillas: Tener sueños o pesadillas vívidas o inquietantes sobre la casa o sus habitantes.
Sensaciones físicas inexplicables: Sentir un toque, un escalofrío o una sensación de hormigueo en la piel, o sentir como si le tiraran del pelo o de la ropa.
Es importante señalar que estos signos también pueden tener otras explicaciones, como fenómenos naturales, mal funcionamiento de electrodomésticos o factores psicológicos. Si experimenta alguno de estos signos, puede resultar útil consultar a un profesional, como un investigador paranormal o un profesional de la salud mental, para descartar otras causas potenciales.