Después de ser llevado al Yukón, Buck inicialmente está desconcertado y desorientado. Le resulta difícil adaptarse al frío extremo, el terreno accidentado y el peligro constante que representan los lobos y otros depredadores. Sin embargo, a medida que avanza la historia, Buck se transforma gradualmente de una mascota amable y domesticada a un perro de trineo fuerte y resistente.
El punto de inflexión en el viaje de Buck llega cuando se ve obligado a luchar contra el aterrador líder lobo, One Eye. Esta batalla pone a prueba la fuerza y el coraje de Buck y, en última instancia, lo lleva a convertirse en el líder del equipo de perros. A partir de este momento, Buck abraza su lado salvaje y se convierte en un verdadero habitante de la naturaleza.