El consenso científico es que todos los animales evolucionaron a partir de un ancestro común, que evolucionó a través del proceso de evolución durante miles de millones de años. Este ancestro común probablemente vivió en el océano hace unos 600 millones de años. Es importante entender que no fue simplemente que un animal apareció, sino que estas formas de vida cambiaron, mejoraron, se adaptaron y transmitieron este progreso genético a futuros individuos durante períodos de tiempo muy largos.