Hay varios otros casos de niños que han sido criados por animales distintos de los lobos, incluidos osos, monos y perros. Estos niños suelen mostrar comportamientos similares a los de los animales que los criaron y pueden tener dificultades para aprender a hablar y comportarse como humanos después de ser rescatados.
La experiencia de ser criado por animales puede tener un profundo impacto en el desarrollo de un niño. Estos niños pueden tener dificultades para establecer relaciones con los humanos y pueden ser más agresivos y menos sociables que los niños criados por humanos. También pueden tener dificultades para aprender el idioma y otras habilidades necesarias para la sociedad humana.
A pesar de los desafíos, hay algunos casos de niños que han sido criados por animales y han tenido vidas exitosas. Estos niños a menudo requieren terapia y apoyo extensos, pero eventualmente pueden aprender a vivir y funcionar en la sociedad humana.