La subcultura vampírica sigue activa, aunque su visibilidad ha disminuido en los últimos años. Sigue siendo una comunidad de nicho con un grupo dedicado de seguidores. La subcultura se basa en gran medida en la idea de que los vampiros son criaturas reales que viven entre humanos, y sus seguidores a menudo adoptan prácticas vampíricas, como beber sangre y vestirse con ropa gótica o victoriana. La subcultura vampírica a menudo se ve como una forma de escapismo, que permite a sus seguidores escapar de las realidades mundanas de la vida cotidiana y sumergirse en un mundo de fantasía.